Hay cosas que no entiendo, por más que me esfuerzo.
La Física Cuántica es una de ellas, de la que tengo datos más bien rudimentarios. La inmensidad del universo es otra, porque el concepto me abruma; simplemente no puedo representarlo mentalmente.
Más terrenal es el perifoneo, pero esa es otra de las cosas que nomás no comprendo. Es decir, sí me queda claro de que se trata de un trabajo; pero no entiendo cuáles son los mecanismos que lo echan a andar.
Por supuesto, mi respeto a quienes lo ejercen, porque para hacerlo hay que tener cualidades (o eso supongo).
Pero, ¿de qué se trata ser perifonero? Porque, a fuerza de ser honestos, no me queda claro cuál es el concepto.
Por ejemplo, ¿es una batalla de decibeles? Si es así, el premio es para el que joda más tímpanos.
¿O el premio es para quien interrumpa más conversaciones? ¡Híjole! Ahí sí que estaría muy reñida la batalla, porque todos los carros y motos de perifoneo que pasan por las calles de Atlacomulco, lo logran y con creces.
Pero venga (ojalá algún perifonero lea esto), que a la gente con pocas luces, como es mi caso, nos vendría bien una explicación. ¿Cuál es la diferencia entre contaminación auditiva y mensaje publicitario a volumen bruto? Porque, yo no entiendo.
¿Y si fueran tan amables los compañeros perifoneros en ponernos al tanto? Solo les pido que su explicación no sea a través de las bocinas que utilizan porque, además de que no comprenderé nada, sólo harán mas ruido.
Directamente ligado con ello, me agradaría saber (como duda razonable, no vayan a creer que es morbo) por qué utilizan la música (¿música?) más macuarra que encuentran. Pasa un perifonista y de inmediato, entre los gritos, viene el tatachun tun tun… tatachun tun tun.. tatachun tun tun. Pasa otro y es lo mismo.
Y así como veinte, en carrusel, con los mismos gustos.
¿Hay alguna ley que así se los exija, o es por el puro gusto de destripar el ritmo, la armonía y la melodía?
Compañeros perifoneros; tengo otra duda. Me gustaría que en un lenguaje estructurado y directo, sin asesinar la sintaxis ni destazar la prosodia, como suelen hacerlo en sus “spots”, me dijeran cómo llegaron a la conclusión de que entre más fuerte suenen sus anuncios, más compradores llegarán a los negocios que los patrocinan.
En serio, me preocupa muchísimo saber cómo se dan las conexiones entre sus neuronas, el proceso de sinapsis (ay, qué mamón) entre una y otra para concretar sus ideas y decirles “anda, compra una bocina de chorromil decibeles, ahí está la clave de tu éxito”.
Ya entrados en gastos, hay otra cosa que me gustaría saber. ¿Cómo le hacen para que las autoridades no les reclamen por quebrantar el artículo 135 del Bando Municipal de Atlacomulco ? ¿O es que ni cuenta se dan? ¿A alguno han multado?
Yo digo que no, porque los veo campantes y sonrosados, muy laboriosos en diezmar oídos ajenos.
De cualquier modo, en espera de poder descubrir esta que es una de las incógnitas que más me demandan atención, sólo les deseo que tengan éxito y felicidad.
Que sus días continúen llenos de estrépito y fragor, siempre con el escándalo por delante que les da fama y que, en un país menos tolerante que el nuestro, ya hace tiempo que habría dejado de existir…para pesar del realismo mágico.
A propósito: ¿Cuánto le suma la presencia de René Bejarano al presidente de Atlacomulco?
TEXTO PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA REVISTA D´INTERÉS https://www.facebook.com/revistadinteres/posts/2648723005155093?__tn__=K-R
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