Ante todo, una cifra dada a conocer por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM): en 9 años, 152 sacerdotes católicos han sido suspendidos por casos de pederastia en México.El mismo CEM reconoce que, al menos, se habla de 150 niños víctimas de abuso.
La verdad es inocultable. En otro tiempo se pensaba que los sacerdotes eran incapaces ,ya no de corromper menores, sino de practicar el sexo, dado el voto de castidad al que se comprometen.
Por supuesto, todos conocemos historias privadas de tal o cual cura, viviendo en intimidad con una o más mujeres. Sin ser justificante, al menos era comprensible. Las necesidades físicas del sexo son imparables.
Pero, ¿qué pasa por la mente de un sacerdote para gozar abusando de un niño?
"Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.", dicen que mencionó Jesucristo (de quien se dicen representantes en la tierra), palabras que no parecían hacer mucha mella dentro de la Iglesia Católica.
Hasta ahora pronto, cuando el presidente del CEM, monseñor Rogelio Cabrera López, acaba de declarar: "las personas que aspiren a los seminarios deberán someterse primero a pruebas psicológicas con la idea de corroborar que no cuenten con ninguna sociología riesgosa que finalmente pudiera afectar a menores de edad".
Es una buena noticia, pero vamos por partes.
¿De dónde van a salir los psicólogos o psiquiatras que realicen estas pruebas?
Monseñor dice que ya existen. Que están dentro de la Iglesia, porque en cada seminario hay un equipo de estos profesionales.
Y la pregunta evidente, si ya estaban ¿por qué nunca se aplicaron a detectar a un seminarista con este tipo de tendencias?
En una situación así, el pecado de omisión es peor. Callar para mantener el "prestigio" del catolicismo, redundó en las alarmantes cifras de pérdida de fieles. Recordemos que hacia 1900, el 99.5% de los mexicanos se declaraba católico, hoy esa cifra ha descendido ha menos del 80%, según la Encuesta Nacional Sobre Creencias y Prácticas Religiosas, efectuada en el 2017.
El golpe de timón dentro de la CEM, indica algo asombroso. Dentro de la misma Iglesia Católica están dispuestos a que los casos de pederastia sean juzgados en los tribunales civiles, y que no quede todo dentro del secreto.
¿Se agradece?
No mucho. Sólo están reconociendo que actuaron y encubrieron de la justicia a verdaderos delincuentes.
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