Con la novedad de que se está invitando a la gente para manifestarse en contra del trabajo realizado por la alcaldesa de Acambay, Esperanza Dolores González MartÃnez; acto en el que, supuestamente, se exigirá su remoción.
¿La fecha? 11 de mayo. El próximo sábado, pues.
No se puede negar que tiene cierto trasfondo de razón el pedir la destitución de la presidenta. En primera porque su administración -al menos los 4 meses transcurridos- no sólo no ha sido mejor que la de su antecesora priista, sino que ha defraudado a sus votantes, quienes esperaban algo mucho mejor a lo mostrado.
¿Buenos resultados? Ni en seguridad, ni en el desempeño polÃtico. El tan mencionado combate a la corrupción no ha dado frutos. Nada qué reprochar al ayuntamiento anterior, o al menos no lo ha hecho público a través de la ContralorÃa Municipal, lo cual serÃa bastante difÃcil de callar, estando tan necesitada de credibilidad como lo está.
La cosa es que se el sábado se verá si la exigencia de destituirla va en serio o todo se reduce a la alharaca de la redes sociales.
Por supuesto, muchos nos preguntamos quién está detrás de esta solicitud.
Sin estar seguro, al menos la apariencias indican que no son priistas quienes coordinan esta campaña. Y no por falta de ganas; sino porque aún -casi un año después- están aturdidos por la soberana paliza que les propinaron lo votantes.
El rumbo, entonces, indica que es dentro de la misma Morena donde se está desarrollando una guerra intestina. Grupos peleando espacios al interior del ayuntamiento. Tenemos también las promesas que hizo Esperanza González de dar empleos aquà y allá, a varios de sus simpatizantes.
Obviamente, eso no se puede. Los lugares están contados. No todos caben en la nómina municipal.
Hasta el más lento se da cuenta que todo esto sucede por la impericia polÃtica. Es el pago de piso por la novatez.
Lo relevante, en el futuro inmediato, es saber qué ocurrirá en Acambay el sábado. De tomar fuerza, la insurrección social se podrÃa desbordar a los municipios vecinos. Obviamente, los demás alcaldes de la región no han ejercido tan torpemente el poder, pero están lejos de cumplir con las expectativas que generaron.
Pero, nunca faltan grupos -con intereses polÃticos, claro- interesados en prender el ánimo ciudadano.
En fin, el 11 de mayo sabremos si fue un asunto real la manifestación o si, por el contrario, el domingo es de sonrisas para la hoy cuestionada alcaldesa.
En cualquiera de los dos casos, lo importante es que lo sabremos..
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