Por supuesto que no descalifico el acto de rendir cuentas, por el contrario, a mí me parece una de las cuestiones fundamentales para los ciudadanos. Tenemos el derecho a conocer cómo funciona la cosa pública.
Pero, ¿por qué hacerlo en informes kilométricos que toman minutos y minutos, hasta juntar horas de aburrimiento?
Y no es que uno se aburra fácil. Lo que pasa es que, si fueran concretos, un informe no debería pasar -cuando mucho- de media hora.
Pongamos por caso el informe de los cien días de gobierno en San Felipe del Progreso. Para el Dr. Alejandro Tenorio habría sido muy fácil llegar, dar su mensaje y a otra cosa.
Pero no, tenía que agradecer a los presentes, agradecer la presencia del diputado Eduardo Zarzosa -quien llegó tarde, quizá por impuntal, quizá por robar un poquito de show y llamar la atención-, agradecer a la representante del gobierno estatal, agradecer al cabildo, agradecer a los presentes...
Así se fue más de una hora, entre llamadas de atención, indicaciones de que no se doblegará ante el chantaje -¿el chantaje no es delito y como tal debe ser denunciado?- de grupos políticos opuestos, puntualizaciones de que encontró instalaciones y equipos del ayuntamiento en pésimas o de plano inútiles condiciones -¿la Contraloría Municipal hará algo o son simples deshagos del presidente?- e invitaciones a trabajar juntos.
Pues sí. También hubo cosas valiosísimas. Rescato dos: la posibilidad de migración de estudiantes a China o Costa de Marfíl para completar su educación y, como segundo punto, la necesidad de que los trabajadores del ayuntamiento eleven su educación y, con ello, su nivel de vida.
De lo que no habló, y me habría gustado que lo hiciera porque es un tema que tocaré en próximos días, es de la importante dosis de valemadrismo que tiene el ayuntamiento de San Felipe del Progreso en cuestiones de transparentar datos.
Pero no era para estar perorando más de una hora. Luego por eso la gente ya no pone atención. Como por ejemplo el diputado Zarzosa, quien de plano mejor se puso a sacarse selfies, a ver su celular ante la interminable andanada de palabras - mi duda es si estaría jugando Platas vs Zombis o Pollos Invasores-, o a cotorrear con el primer regidor de San Felipe, quien reía y reía mientras el presidente hablaba seriemente de lo hecho y por hacer.
Ni modo, son cosas que pasan...
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