Mi petición es clara y sencilla: dejar que los estacionómetros se mantengan en las calles de Atlacomulco. Así de franco.
Y no, no pretendo llevar la contra ni creo que el “Pueblo Bueno” se va a molestar, si (obviamente) se da tiempo de leer por qué es mejor dejarlos en su lugar.
En principio, debemos acordarnos cómo eran las calles de la cabecera municipal antes de colocar los parquímetros: ¿Recuerdan que la Av. Isidro Fabela era un largo estacionamiento? Probablemente el estacionamiento más grande del norte estatal.
Así como esto, calles como Miguel Hidalgo, Alfredo o Manuel del Mazo también pasaban por la misma situación.
¿Eso es malo? Definitivamente, sí. Y lo era porque quienes colocaban ahí sus vehículos impedían que el flujo de autos pudiera ser continuo. Hoy, quien necesita realizar alguna actividad en el centro, cuenta con espacios para ello, mientras que, con anterioridad, había que dar vueltas y vueltas para encontrar un lugar donde dejar el carro.
Eso es democratizar el uso de los espacios, rescatándolos del control de unos cuantos.
Pero no es lo único bueno de los parquímetros.
Pero no es lo único bueno de los parquímetros.
Mayor flujo de vehículos favorece al desarrollo económico de los locales, porque genera que sea más grande el número de clientes potenciales que andan por las calles, quienes se verían desalentados ante la falta de espacio para dejar un vehículo cerca de la zona comercial.
Ahora deseo abordar el mayor beneficio que nos han dejado los parquímetros. El ingreso que se genera de ellos se ha utilizado en el pasado en cuestiones educativas. Durante el gobierno de Anna María Chimal, por ejemplo, se destinó parte de este recurso en becas escolares.
El problema de fondo es que no se supo brindar esta información con la suficiente transparencia.
Un dato más. El ingreso generado por los parquímetros salvó (literalmente) a la actual administración municipal, al brindarle liquidez en un momento difícil. Gasolina, energía eléctrica o sueldos se han pagado gracias a ellos, tal como lo ha mencionado el presidente.
Y hablando de Roberto Téllez, el único impedimento (y eso de “impedimento” es un decir) que tiene es la promesa de campaña que hizo de retirarlos.
Pero ahora, cuando más que cualquier otro ciudadano atlacomulquense, ha visto los beneficios que tienen, es un buen momento para aceptar con humildad que se equivocó. Que se apresuró en sus promesas.
Reconocerlo no le restará ninguno de los méritos que lo llevaron a la victoria el 1 de julio pasado.
¿Quién le va a reprochar? ¿Aquellos que exigen que “cumpla su palabra”, pese a que eso signifique un retroceso para Atlacomulco? ¿Los que viven escondiendo sus placas al interior de sus vehículos? ¿Los taxistas que ocupan lugares gratis y, de retirar los parquímetros, volverán al cinismo de ocupar “sus” bases? ¿O los que quieren que “todo vuelva a ser como antes”, es decir, cuando el egoísmo privaba sobre el interés general?
Sería gracioso, porque, a nivel moral, ésta sociedad no está como para dar lecciones. Nos incomoda la disciplina y la responsabilidad; y eso lo vemos todos los días con los parquímetros.
Reitero. Roberto Téllez sabe que se equivocó. Que estos aparatos brindan mayores beneficios que problemas y que, a final de cuentas, el calor de las campañas políticas lo rebasó.
Está bien.
Fidel Almanza nos prometió un centro de convenciones que nunca se construyó. El Mtro. Arturo Vélez se comprometió a eliminar los puestos de piratería en Atlacomulco, los cuales gozan de cabal salud. Anna Chimal tuvo que dar la cara por un lienzo charro controversial y una techumbre que se cayó.
No será el primer alcalde que quede en medio de una situación conflictiva. De hecho, ya lo está.
Pero lo sano, lo honesto, sería decir que no evaluó bien este asunto.
Una salida digna, donde el mensaje será el medio.
Nota relacionada (Reportaje Central, revista d´interés Ed.641/23.2.19). https://www.facebook.com/notes/revis-dinteres/reportaje-central-ed-641-los-aparatos-de-la-discordia-parqu%C3%ADmetros-bondades-perj/2512266918800703/
A propósito: Las experiencias de carnavales pasados indican que hay que reforzar las medidas de seguridad para espectadores y participantes. Ojalá se tome en cuenta.
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