El fenómeno de la delincuencia en Atlacomulco no es nuevo. Eso, por supuesto.
Lo que sí es nuevo es la cantidad de mantas que aparecen en las calles, donde se expresa cabalmente que, en caso de sorprender a un ladrón en pleno delito, este será linchado.
En el estado de México, además, somos los reyes de este surrealista reino. La gente lincha porque está cansada, porque no cree en la eficacia de las autoridades policiales o jurídicas. Porque -y esto es lo lamentable- esta falta de confianza está por demás justificada ante la falta de resultados.
¿Las cifras del miedo? de enero de 1988 hasta el 31 de agosto de 2018, se registraron en el estado de México 263 casos, según el recuento del doctor Raúl Rodríguez Guillén, profesor de Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Pero eso no es todo, la impunidad de criminales y la impunidad de quienes linchan juega un papel central. ¿Quién recuerda lo ocurrido en marzo del año pasado, cuando una persona estuvo a punto de ser linchada en Temascalcingo?
Al día de hoy, no hay un sólo responsable tras las rejas por esta acción.
Por eso llama la atención que los diputados de la legislatura mexiquense realizaran un exhorto a la Secretaría de Seguridad (SS) con el fin de tener un protocolo para evitar linchamientos.
Candorosos -¿es candor o lo dijeron por malicia?-, los diputados aprovecharon la ocasión para decir verdades obvias. Vaya, que acaban de descubrir que el agua moja.
Lean nada más estas perlas.
El diputado Javier González Zepeda (PT) estableció que el hartazgo de los ciudadanos por la ineficacia de las autoridades para brindarles seguridad y justicia ha propiciado que un gran sector de la sociedad mexiquense recurra a multiplicar la violencia en contra de quienes cometen actos ilícitos.
Para la legisladora María de Lourdes Garay Casillas, del PES, los linchamientos demuestran el descontento y frustración del pueblo de México frente a la poca respuesta de las autoridades para mitigar el crimen, y esta frustración, afirmó, redunda en violencia, venganza y justicia por propia mano.
Por el PRI, la diputada Maribel Martínez Altamirano puntualizó que la inseguridad es un tema social complejo que afecta de manera sistemática a toda la sociedad; sus causas, dijo, son multidimensionales y multifactoriales, por lo cual es necesario fortalecer una estrategia nacional donde prevalezca la coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno.
Del PAN, la diputada Ingrid Krasopani Schemelensky Castro destacó que se tiene que trabajar para abatir la impunidad y brindar seguridad a la sociedad, para salvaguardar los derechos e integridad de todas las personas, y aplaudió esta iniciativa que, consideró, garantizará mayor seguridad a los mexiquenses.
Después de leer lo anterior, cualquiera se pregunta qué es lo que en concreto han hecho los diputados para evitar que se sigan dando los linchamientos.
La respuestas es nada.
Un exhorto no cambia la situación de como estaba antes. Y que lleguen elementos de la SS a impedir que alguien sea linchado no evitará que se presenten otros casos iguales o peores.
Pero mientras nuestros representantes en la Cámara siguen creyendo que con palabras se detiene la inercia social -y que en dado caso los policías tienen que rescatar a las víctimas a fuerza de protocolos- esperemos que en Atlacomulco no ocurra aquello con lo que tantas veces se ha amenazado.
Y si ocurre... bueno, lanzarán un nuevo exhorto...total...
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