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martes, 30 de abril de 2019

¿Es que en Acambay nadie sabe sumar?



Tener por presidenta municipal a una profesora ya es un indicio de que la educación debe -al menos debería- ser el rasgo que defina a un gobierno.

En Acambay, este cargo lo ocupa la profesora Esperanza Dolores González Martínez.

Seamos honestos, ella no ganó la elección por su capital político. No lo tiene. Su triunfo se debió más al hartazgo de los acambayenses por lo que representaba el PRI y por la candidatura del hijo de Miguel Sámano, de quien ni siquiera recuerdo su nombre.

El asunto de fondo en el sentido de la elección, fue evitar que los juniors de la política se establecieran como una dinastía real.

Ningún mérito en ello tuvo la profesora Esperanza, salvo el participar bajo las siglas de Morena. Estuvo en el lugar adecuado en el momento oportuno, nada más.

Por supuesto, su falta de capacidad gubernamental le ha generado más de un problema. No hace mucho, un grupo de al menos 11 integrantes de Morena -o al menos así se definieron- le entregaron un pliego petitorio con 6 puntos, entre los que solicitaban la restitución de espacios a morenistas y respeto a los derechos laborales.

Cosa curiosa, el punto 3 expresaba lo siguiente: "Garantizar que todo nuevo empleado en el ayuntamiento, tenga su origen en la lucha de la cuarta transformación, mediante el consenso de nuestros representantes en el cabildo".

¿O sea que si alguien no simpatiza con Morena o la 4T no puede laborar en el ayuntamiento de Acambay?

Lo curioso es que quienes entregaron el citado pliego fueron mandos medios como  David Góngora Romero, coordinador de Turismo;   Alicia Alonso Peñaford, coordinadora de Asuntos Indígenas;  José Ruíz Ruíz, coordinador de Limpia; y Yolanda Ruiz Hernández, coordinadora de Parques y Jardines.

No obstante, volvamos al punto central, las carencias de oficio gubernamental en la Profra. Esperanza son, en el mejor de los casos, escandalosas. Vaya, que no es buena ni para sumar, con todo y que es docente.

Un ejemplo notorio fue que en su informe de 100 días dijera que con recursos del FISM y FEFOM iban a realizar obras por un total de 119 millones 824 mil 831.51 pesos -en realidad dijo "119 mil millones...", pero bueno, cualquiera tiene un lapsus lingue-, cuando esta cantidad no cuadra por ningún lado.

Según se puede observar en la imagen que acompaña el texto, el FISM y FEFOM asignados a Acambay dan como resultado 122 millones 374 mil  849.51 pesos, es decir, es 2 millones 550 mil 018 pesos mayor a la que dijo en su informe.

¿Quien le arma los discursos a la presidenta? ¿Ella no tiene la curiosidad de leerlos antes y corroborar algo tan simple? ¿O dónde va a quedar ese dinero?

No es un asunto menor el que está dejando de lado. Como profesora, la planeación de su trabajo no debería ser algo nuevo.

Lo extraño es que ni sus correligionarios o detractores han reparado en este detalle. Equivocarse por unos cuantos pesos, puede ser comprensible. Errar en unos miles, ya es distinto, aunque bueno, se puede dar.

Pero fallar en la realización de una simple suma en más de 2 millones de pesos, es injustificable.

Por eso vuelvo a preguntar;  ¿es que en Acambay nadie sabe sumar?




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